Friday, December 07, 2007

Auf Wiedersehen, Kappelmeister



Me entero hace un par de horas del deceso (o mero abandono del cuerpo) de Karlheinz Stockhausen, maestro de generaciones, figura inseparablemente ligada al desarrollo del arte musical de la posguerra, polémico, lúcido e infatigable buscador de nuevos sonidos, el autor de Gruppen, Licht, Kontakte, Mantra, Stimmung, Inori y tantas otras maravillas acústicas, verdaderas visiones sonoras que redefinieron no sólo la manera de hacer, sino la de oír la música. Stockhausen nunca renunció a una búsqueda personal del sonido y su enigma, condenó los “flojos dogmas de la imposibilidad” de los febles intérpretes que eran incapaces de leer sus partituras, utilizó todos los medios acústicos y electrónicos de los que dispuso para hacer tangibles, al menos en parte sus ideas, inagotables como las aguas de un torrente; fue pionero del serialismo y de la música electroacústica, sacó las mejores lecciones de todas las corrientes de su tiempo y reinventó la indeterminación, llevó el moribundo arte de la ópera a otro nivel, mediante el concepto de Urgestalt o formula ritualizó la búsqueda de la vibración como núcleo íntimo que enlaza bellamente al microcosmos de sus ondas con el macrocosmos incluso más allá de este planeta,y en fin, un largo etcétera. Como pocos, Stockhausen hizo de la música un arte auténticamente sagrado, pero altamente personal, sin credos religiosos convencionales y por ello, universal, disponible para todos aquellos oidos generosos y atentos.

Sin embargo, este Wagner del siglo XX fue, como el encantado visionario de Bayreuth, blanco de todo tipo de críticas y mal entendidos, su música creo no tiene el reconocimiento y difusión que merece (¿quien necesita a Leonard Bernstein, al autoplagiario Phillip Glass o al aburrido Penderecki reciente?) De acuerdo, señores de epidermis sensible y oidos sordos, puede ser que las propias actitudes de Stockhausen o su discurso tan mal leído hayan incidido en ello, pero no importa, Kappelmeister, deje que los penosos fariseos sin talento ladren y prosiga su viaje a Sirio. Quizás Sun Ra, o Giacinto Scelsi lo esperan para hacer juntos un gran concierto de vibraciones de belleza y encantamiento en un próximo eón, donde sí tendrán la aclamación unánime que merecen, la de Eva, Michael o Lucifer y los otros seres sagrados que definitivamente ignoran este pobre versión del universo.

Defunctus Adhuc Loquitur!


He aquí una entrevista con Stockhausen en los setenta. Si se han perdido su música, en la página del maestro les dirán cómo conseguirla, las disqueras pagadas por los reaccionarios de siempre difícilmente se las venderán a un precio decente.



Epílogo:

Sueno ofuscado, claro, por la estupidez de medios que se negaron a llevar su obra y palabra a más personas y sólo divulgan nimiedades para adolescentes y semianalfabetos, o la última churrigueresca versión de Aida, pero yo sí me siento orgulloso de haber conocido y disfrutado su música y haré lo que pueda para que más corazones inquietos gocen del mismo vértigo cósmico que yo. Auf Wiedersehen, Kappelmeister.

Página web del maestro, incluye un memorial en pdf

http://www.stockhausen.org/

Buena síntesis de su vida y obra

http://en.wikipedia.org/wiki/Karlheinz_Stockhausen


Entrevista en un site chileno

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0716-27902000019300005&script=sci_arttext


Artículo de Jonathan Harvey en español

http://www.temakel.com/musicaartsobrestockhausen.htm



Reseñas de los discos de Stockhausen Verlag
http://home.swipnet.se/sonoloco2/Rec/Stockhausen/stockframes.html

Wednesday, October 31, 2007

Magma Fields For Ever (o una visita a Kobaiä para iniciados)


Parte I
Ataahk
Estoy de acuerdo, definitivamente la música de Magma no necesita NINGUNA vindicación para todo aquel que tenga mínimamente oídos, una vez oída la Zeuhl Muzik,- tal es el nombre de su increíble estilo-, o bien la amas o la odias, pero su calidad te será innegable. Como decíamos ayer –me gusta esta expresión unamuniana- burlarse o despreciar es fácil, es mejor entender, sobre todo si te has documentado algo para opinar. Digámoslo de una vez, para entender el discurso musical del francés por adopción y kobaiano de nacimiento Christian Vander, el auditor NECESITA tener un acercamiento previo a otras tradiciones musicales, una vez entendidas como éstas se integran en la original sonoridad del Zeuhl, entonces, lo aseguro, ya no le será sencillo a los duros del rock descalificarlo. La verdad sea dicha, he escuchado diatribas contra Magma en todas partes y de todos los tipos, de acuerdo, no es tu fácil y cómodo metal sinfónico a la Rush y su manga de clones, ni tu eternamente sufriente Pink Floyd, no, viejito, es música de verdad.


Announcement

Sólo te pido unos minutos, exasperado lector, dado que me he topado con tus “íconos” musicales (estoy super preocupado) para reseñar en qué consiste la mágica música de Magma. Christian Vander, notable, inspirado y sensible músico, estudió formalmente piano y canto, tuvo lecciones de trompeta nada menos con Chet Baker y su instrumento base, quizás el eje maestro de su sonido, la batería, lo aprendió a perfeccionar nada menos que con Elvin Jones, (sí, el mismo señores connoseurs de jazz que tan poco saben del mismo), que tocara los parches junto a John Coltrane, padre espiritual de Vander. Para aquellos que recién se incorporan a nuestras transmisiones digamos que Coltrane, ese magistral saxofonista, había pasado del cool jazz inflamado de cocaína de Miles Davis a una profunda búsqueda espiritual, que se refrendará en esas espléndidas visiones sonoras que son A love supreme, Stellar Regions, Meditations, etc. (Se dice que esta conversión del autor de Olé vino cuando vio en vivo a Sun Ra y a su sideman John GIlmore, el que tenga oídos para oír que oiga…), ¡cuántos músicos verdaderos no han descubierto el sublime vínculo de las vibraciones y lo trascendente!

Kobaiä Iss de Hundihn

Esa trascendencia, ese compromiso íntegro, ese amor devoto por la música marcarán a Vander de por vida. Decía un poeta que todos dialogamos con una vasta hermandad en nuestras cabezas. En la mente infatigable de Vander parlamentarán sus ancestros centroeuropeos, su admiración por las músicas de esos países, además de la presencia áulica de Wagner, Orff y el Stravinsky de Les Noces, que se coligarán a la fuerte influencia del jazz modal de Coltrane. Ello se reflejará en el trabajo rítmico, armónico y vocal, tan importante, de Magma, la banda que Vander crea tras la muerte de Coltrane, ( que lo deja devastado). Premunido de profundas ideas sobre el hombre y el cosmos, a los que siente amenazados por el apocalíptico abismo al que nos despeña la cruel ambición finisecular, Vander revestirá a Magma de una compleja línea conceptual. Nace entonces la historia de Kobaiä, planeta al que huyen los sabios de la Tierra tras una futurista autodestrucción, y a la que vuelven luego para intentar redimir, nace Kohntarkosz y su odisea para encontrar a Ehmenteth-Reh el Verdadero Maestro, nacen los Orks y las aventuras de Urgo y Gorgo, etc. Cada disco contará fragmentariamente estas historias, formando un todo, cantada en una lengua propia, el kobaien, la lengua para acabar con todos los problemas semánticos, como la definirá Klaus Blasquiz, ese gran partner de Vander, vocalista extraordinario, imprenscindible en las mejores alineaciones que Magma ha tenido por años (las que, por lo demás, incluye una lista del who is who del jazz francés, porque digámoslo, fue Magma ( con Gong, por cierto)la banda que dio inicio al auténtico rock francés… y europeo, lejos de la enorme –y aplastante- influencia del mainstream angloamericano).

El kobaien, como señala Vander, le viene por canalización cuando compone o improvisa, él no lo ha inventado o gramaticalizado a la manera del esperanto o el volapük , puede comprenderse, como acertadamente se ha señalado, como una variante idiosincrática del scat que usan los músicos de jazz que cantan (yogurt, le dicen los jazzistas franceses) añadido a una fonética semejante a las lenguas centroeuropeas, ello por las vocales, las erres uvulares, el carácter aglutinante de las palabras como en el alemán, etc. Creo que es una lengua que apela más al inconsciente por su fuerza expresiva que a lo racional, como una especie de glosolalia armónica y ordenada. Vander, como puede verse en algunos videos suele entrar en trance mientras canta (¡¡ese falsete estremecedor!!), lo que me parece prueba esta tesis.





Da Zeuhl Wortz Mekanik

La música zehul, como la bautizó Vander es una compleja fusión de jazz sincopado, armonías basadas en escalas pentatónicas y quintas disminuidas y melodías repetitivas y fuertemente rítmicas como las de Orff y las del Stravinsky de Les Noces, com dijimos, modalizadas en ciclos armónicos –rasgo musical muy francés por lo demás- e integradas dentro de complejos entramados de polirritmos y signaturas rítmicas inhabituales (7/8, 4/3 como en el himno glorioso Hhai.) A esto, agrega las tesituras de una batería que tiene un rol incluso armónico muchas veces, la fuerte presencia del bajo, y del omnipresente piano fender rhodes. La potencia, el volumen y energía vienen del rock, pero la guitarra queda relegada a favor de líneas fuertes y protuberantes de bajo y del teclado que viene heredado de Soft Machine, banda más influyente de lo que muchos imaginan.

Entonces tomamos jazz en las bases rítmicas, un bajo rockero en primer plano, monstruoso en las manos de un Jannick Top o un Paganotti, teclados que marcan un punzante ostinatio que reciben las complejas líneas melódicas cantadas por Vander, Blasquiz y numerosas voces femeninas entre las que destaca Stella Vander, terciados por bronces en la primera etapa de Magma, luego por sintetizadores y guitarras eléctricas, sabiamente orquestadas. Diríase que la totalidad de la música de Magma oscila entre una base repetitiva, de trance, líneas melódicas angulares moduladas intercaladas por energéticos solos en los que los virtuosos sidemen de Vander lucen sus habilidades (aunque en una entrevista Blasquiz dijo que más de un solo, como el del violinista Didier Lockwood en el interludio Mekanik Zain, fue escrito por Vander nota por nota) Himnos triunfales, épicas batallas entre la luz y las tinieblas, cantos de adoración al Kreuhn Kohrmann, El Profeta, dulces baladas donde también aparece la influencia de los negro spirituals (otra música de trance, pero domesticada por el cristianismo), etc. Magma ofrece el infinito calidoscopio del asombro, la búsqueda y la unión de la pulsión más dionisíaca con los más diáfanos impulsos espirituales, vean su logotipo, a todas luces memorables, como todos los discos del maestro, Zëbehn Strainn De Gustaah

Quiero comentar algunos discos de Magma que tengo a la vista en este minuto, pero el tiempo se me agota y tu paciencia también lector, por ahora te dejo con un par de videos para vuestro deleite, kobaianos, ah y claro, con algunos links buenos de rigor…

Magma circa 1970



y... un clásico perdido ¡Ptah!



KREUHN KORMAHNN ISS DE HOUNDINN!!!
Continuará

Hipertextografia

Home page de Magma y su label Seventh Records

http://www.seventhrecords.com/

Página de myspace, le lleva radio

http://myspace.com/magmaofficial

Ork Alarm, fanzine imperdible

http://www.simplesoul.co.uk/ork_alarm/index.htm

Otro sitio de fans con imperdibles

http://members.aol.com/sleeplessz/index.htm

Magma, el libro por Antoine De Caunes (sí, el mismo)

http://mydrum.org/url/magma/antoinedecaunes1.htm

Blog chileno sobre esta banda genial

http://defutura.blogspot.com/

Entrevista del sensei Javier Chandía a Christian Vander

http://www.zebehn.com/wordpress/?p=46

Thursday, October 11, 2007

El arma cargada de John Cale II




Previously...en Los Espacios Inquietos...

Sí, volví, pero recojo el guante, me dicen que el blog es muy largo, una bella amiga sugiere, “escribes haaarto”. Mal presagio en la era del condensado y del prepicado. En fin acometolavigorosasíntesis...


A comienzos de los ’70, John Cale produce el disco Marble Index de Nico. La belleza gélida de sus letras, la conmovedora voz de contraalto de Nico, sorda de un oído y a punto de desafinarse a cada segundo, sumado a los exquisitos arreglos de Cale que toca todos los instrumentos, salvo el armonio que Nico usará hasta el final de su carrera, nos llevan a una sensación doble de vértigo y cercanía con lo sublime, aura, como diría Walter Benjamin, como al contemplar esas clásicas y distantes estatuas griegas, que una vez que las miramos no podemos olvidarlas jamás

Para 1973, Cale está de vuelta en Gran Bretaña y graba el que ha sido considerado el mejor largaduración de su carrera, Paris 1919, letras bellas aunque crípticas, que toman como modelos a Dylan Thomas, Graham Greene (hay un tema homónimo en el disco) y la película Sunset Boulevard. Cale ha sugerido que temas de alta política se tratan crípticamente y eso habría originado toda una persecución en su contra (tengo mis dudas, pero en fin...). Aún así creo que en este disco, Cale logra una factura estética de calidad excepcional, The Wire lo incluye entre los 100 mejores discos de la historia ( y del que el mundo no se enteró) Son nueve temas de pop perfecto, sabia y sobriamente arreglados y sus melodías las llevamos en la cabeza por días, como las de Robert Wyatt o el Nick Drake de Pink Moon. Así ocurre con la “sinfonía de bolsillo” que da título al disco, una especie de out take de Pet Sounds a la inglesa, un estribillo de gran belleza -que creo basado en la leyenda del diablo con el tambor de hierro-, un fraseo estrófico elegante acompañado de un notable staccato de cuerdas que cede paso al remanso orquestal de un puente dominado por un solemne corno. La complejidad orquestal también aparece en los juegos rítmicos de A Child Christmas in Wales y la desesperada Plain Wheel of Fortune, aunque la tranquila e irónica Hanky Panky Know How y el inolvidable y sencillo fraseo modulado de Andalucia aportan al Cale baladista e íntimo, quien en Half Past France confesará la contradicción del hombre que está en todas partes y ninguna, a quien finalmente la gente siempre acaba por aburrirlo. No sé por qué me recuerda a alguien...

A mediados de los ’70, sin embargo, la imagen dandy que Cale muestra en Paris 1919 cede paso al desgarrador y torturado rockero de discos como Fear, Slow Dazzle o Helen of Troy, que brillará quizás más que nunca en canciones inolvidables como Choral Moon, I´m not the Loving Kind, Búfalo Ballet, Emily o Close Watch ( se me parte el alma cuando las escucho, ¡¡como tan masoca!!). Pero junto con ello aparece el guitarrista podrido y maldito de Sabotage, la terriblemente autobiográfica Guts, el grito primario y demoníaco de Leaving It Up to You o Mercenaries Ready For War, la ironía sensual de Helen of Troy, Pablo Picasso, Dirty Ass Rock’ n Roll, etc.. Enmascarado como un Jason Vorhees con overol y una guitarra PRS o con un casco de seguridad y megáfono en mano, inventará el shock rock antes que Alice Cooper y el gordito trucho de Ozzy (sí, señora nuestro galés luciferino, que aprendió a tocar el armonio en una iglesita local de Swansea, fue el primero en decapitar un pollo en el escenario) Cale viviría fielmente el prototipo del poeta maldito, el danzarín dionisíaco al borde del abismo, compitiendo en un certamen sin fin de infamia con Lou Reed, supongo, y con sus propios demonios de infancia galesa. Serán casi 15 años de rock demoníaco, visceral, pero de calidad inigualable. Vendrán, era que no, las drogas, el alcohol, la paranoia y las peleas con su banda y su esposa. Pero hacia 1989, Cale, desintoxicado, estará de vuelta con nuevas obras maestras, Words for The Dying con Brian Eno, Fragments of a Rainy Season en 1992, con el maestro solo al piano, conmoviendo y erizando los pelos en el primer disco unplugged de los ’90, el sorprendente Hobo Sapiens de 2003 con el notable Look Horizon, una extensa y celebrada seguidilla de OSTs (American Psycho interalia) y música de cámara, etc etc.

Léase su autobiografía What´s Welsh for Zen, (¡¡con portada de Dave Mc Kean!!) para más detalles, y escúchense sin dilación sus obras. Max Ernst decía que la belleza será convulsiva o no será. Cale eligió, para felicidad nuestra, lo primero.

PD 1: En una lenta tarde de invierno veo a un grupo de niños pequeños saliendo de un jardín infantil. Imagino a John Cale a mi lado, cantando ensimismado Taking my life in your Hands, esta bella canción de sus discos más notables Music for a New Society:


The children are all leaving school today
Mama said, don't worry, I'll be back one day
The blue men in uniform smiled and waved goodbye
She was hiding those tears in her eyes


Roll up the history books, burn the chairs
Set fire to anything, set fire to the air
They're riding to begin and running at the end

'Cause mama said, you take your life in your hands
Taking your life, your life in your hands
But don't take your life in your hands like I did
I don't feel so bad, and always look forward with hope
Forward and hope that the children will always be there

Cancel the day, cancel the night
Cancel the day, cancel the night
'Cause who could be watching when she steals and runs away

Full of hysterical laughter, and say
Mama, mama, I've left school today
I hope I get to see you in that funny school far away
But those gentle men in blue, and those in grey

Say I'll never, never see mama again
'Cause she took those lives in her hands
Yes, she took all those lives in her hands
Yes, she took all those lives in her hands

But let me wonder, what was there left in those hands?


PD 2: Para coleccionistas, connoseurs y curiosos de toda calaña: En la televisión pública de internet que se llama youtube hay un par de videos del reencuentro entre Nico, Cale y Lou Reed en el Barbican, en 1972, hacen covers de viejos temas de la Velvet. Nadie se haga falsas expectativas, es apenas un registro tímido y negligente, sello de la fatal distancia entre dos genios que no pueden soportarse, y entre ambos una mujer que los observa desde ya muy lejos, atrapada en su propio paraíso lisérgico.


Hipertextografía:
(Con voz de presentador televisivo chanta)
Gracias a los milagros de blogger y youtube, con ustedes: John Cale y su célebre relectura de "Heartbreak Hotel":


Saturday, May 12, 2007

Una pausa y ¿ya volvemos?




Sí, sí, entiendo, se han descontinuando estas entregas, muchas cosas me han ocurrido, y claro que podría atropellarme burdamente intentando explicarlas... pero no lo haré claro, tan sólo que, como decía Juan Emar, el gran olvidado (y hastiado) Otra es mi suerte, otros mis designios. He comenzado otra etapa, volviendo a la vieja docencia, reencontrándome con los niños en las aulas, intentando (re)encantarlos con los libros, que tan ajenos les son en esta hora del simulacro, de la órbita de la hiper-irrealidad perpetua (cfr. Baudrillard, en
La transparencia del mal).


Caminando por viejos y nobles pasillos tapizados de hiedras en sus paredes, me detengo, perplejo, como siempre, del devenir que me toca. Otra vez la Poesía, amante infiel por naturaleza quiere que haya comercio entre ambos, pero no será tan profunda mi entrega esta vez. En este país suele irse con cualquier pelafustán que escribe sobre jardinería, no me interesa, prefiero que siga este matrimonio intelectual por conveniencia, mi amor verdadero está en otro lugar, sólo mi esposa, mi hija y la música saben dónde está...


Ya viene más del sonido de las esferas, fantasmal lector de virtualidades... paz y ciencia.


Mientras, busca en tus vinilos o cedés The Unanswered Question de Charles Ives, apaga las luces, abre un cabernet sauvignon y escucha con atención:


Ahí está todo...

Tuesday, February 13, 2007

El arma cargada de John Cale I

Con The Velvet Underground, dándole al bajo, nuestro músico galés favorito

Deja que haya rock

En alguna oportunidad Peter Gabriel declaró que una de las máximas atracciones que el rock le proporcionaban era sentarse al piano y gritar lo que fuera por horas. Es que en ello reside ciertamente el sentido básico del rock, música dionisíaca por excelencia, el propio sentido obsceno del término en slang negro lo evidencia, música desenfrenada, telúrica, catártica, como cualquiera puede apreciarlo yendo a un concierto, y que escandalizó en su momento y aún lo sigue haciendo al establishment que tanto vela por la moral y las buenas costumbres… mientras expolian y fornican en lo secreto.

Quizás al ser expresión física e íntima refrendada socialmente el rock tiene y tendrá una larga vida, se lo dijo en la cara Neil Young a los punks. Más aún, al ser telúrico y raspar las puertas de las emociones y deseos profundos de los hombres es perfectamente lógico hablar de música demoníaca. Pero repito que no lo uso en el sentido pudibundo de los propagandistas cristianos ni menos en la jerga impostada del pseudo rock satánico, variante de teatrillo a cargo de tipos guturales y desafinados que ni siquiera saben qué significa el nombre del arquetipo del mal y que les sirve sólo para llevar rubias a la cama. Pienso en el daimon griego y en sus ecos nietzcheanos, la energía desaforada que brota desde los sentidos impulsando al hombre hacia las fronteras de lo racional, reencontrándose con sus raices naturales… y con las otras… que quizás son las verdaderas.

Por supuesto que en manos de los gerentes y mercachifles gran parte de la música rock de hoy en día es mero placebo enlatado y con cada vez más fecha cercana de vencimiento. Es divertido escuchar bandas cada vez más jóvenes ruidosas e irresponsables en sus primeros pasos, luego devenidos en deprimidas y exhaustas pandillas de zombies, apenas pisan su primer estudio profesional y viendo toneladas de dólares a cambio de ver sus canciones enteramente maquilladas y remodeladas por algún productor hot, especies de Phil Spector con resaca. Pero hastía rápido. “A tu vida le falta rock”, farfulla una radio chilena por ahí, y como no me interesan los clones aburridos de Led Zepellin o Axel Rose vuelvo al rock de verdad… y ahí me encuentro con el adusto vozarrón torturado de John Cale.

Esperando al hombre

John Cale… ese genio galés que dio junto a Lou Reed una de las más grandes formaciones de la historia: The Velvet Underground es un referente para hablar de esa faceta telúrica, demoníaca del rock de verdad, una música que eriza la piel, violencia de lujo, artículo de primera necesidad. Espero argumentar exitosamente por qué creo que hay que buscar en John Cale y no en otros esa base “maldita” del rock.

Pianista inspirado y violista virtuoso y arriesgado, ex estudiante de un Xenakis algo ofuscado por las intenciones destructivas de su alumno, llega a la siempre enfebrecida ciudad estado de Nueva York. Prontamente se da a conocer interpretando la infame Vexations de Eric Satie, organizada por John Cage a mediados de los sesenta, esa partitura burlona que debe repetirse 840 veces logró notoriedad, enseguida Cale es invitado por Lamonte Young en el célebre conjunto que lo unió a Tony Conrad, Angus Mc Lise, The Theater of Eternal Music según la nomenclatura algo hiperbólica de Young, The Dream Syndicate según Conrad quien entablaría demandas contra el autor de The Turtle, His dreams and Journeys por la decisión de éste de ocultar las cintas de los primeros intentos de lo que hoy conocemos como minimalismo: repetición, líneas suspendidas de cuerdas senza vibrato que se prolongan por largos minutos, drones extendidos, nuevas técnicas de vocalización, búsqueda de nuevos sistemas de afinación que darán origen al interesante sistema de Just Intonation caracterizan a esta formación. Tras numerosos impasses entre Young, su esposa Miriam Zazeela por un lado y Conrad y Cale por otro, éste último toma contacto con dos personajes claves: Andy Warhol y Lou Reed. Con ellos viene el rock, el arte pop, new york y todos los fantasmas y excesos que vivir allí conlleva. Pienso que es cierto que Young es el gestor de un sonido único y un sistema que debiera dar más rendimiento estético a futuro, pero no puede desdeñar la colaboración de Cale y Conrad en sus etapas preliminares, la creación colectiva no siempre es mala.

Descendiendo a los subterráneos de terciopelo

Ignorados en su tiempo, rescatados, algo tarde, hoy, los Velvet fueron vistos como una curiosidad más del por entonces pintoresco Warhol, incluso bastante prensa creía que el gran artista pop era el guitarrista. Fue sí productor del primer disco y autor de las portadas de éste (la famosa y fálica “banana”) y del segundo disco. Creo personalmente que la música de Velvet Underground terminó siendo más actual y vital que mucho del abúlico hippismo psicodélico de la costa oeste. Cale y Reed integraron una sociedad autoral altamente meritoria y productiva, la bochornosa salida de Cale de la banda al comenzar el año 1969, fruto de la egomanía de Lou Reed (que existe y en cantidades siderales, digámoslo) acabó con lo que habría sido una gloriosa actualización de una dupla genial de compositores estilo Lennon Mc Cartney: Al brillante talento poético y a la fuerte vena rockandrollera de Reed se unía la sofisticación arreglista de Cale y su gran fuerza interpretativa en viola, bajo y teclado. Clásicos como Heroine, Venus in Furs, White Light White Heat hacen un creativo uso de la repetición y los drones, Sunday Morning, Stephanie Says , I’ll Be Your Mirror o All Tomorrow Parties son la muestra de lo que una canción pop perfecta puede dar, European Son y Sister Ray exaltan la saturación y el feedback como nueva herramienta compositiva y no como residuos de torpeza en la ejecución, como se creía hasta entonces. Claro que Hendrix también la usa, pero más bien como accesorio, el primer Velvet basó la totalidad de su estética en el ruido. Notable en este último tema es el duelo entre la guitarra de Reed y el órgano de Cale, claro comentario sonoro de lo que ocurría entre ambos alguna vez buenos amigos.

Cale ha dicho que la Velvet buscaba el caos, sus conciertos eran la prueba más ferviente de ello: Tocando a tope de volumen basándose en la repetitiva y monótona base rítmica de la batería de Moe Tucker y la guitarra de Sterling Morrison y las furiosas improvisaciones de Reed y Cale, The Velvet Underground causaron consternación, refrendada por sus ropas negras, actitud deadpan y sus letras urbanas y fuertemente provocativas (queda más que claro con la citada Venus… o con la malentendida Waiting for The Man, titulada así supongo para ocultar el explícito sentido del título) . Rock en estado puro, por tanto, pero desligándose de la veta clásica, la parte negra, logrando crear una versión íntegramente blanca por vez primera, siempre sensual, siempre intenso, mas dejando un lado el blues y el soul y buscando un trance descreído e irónico, buscando abrir las puertas del subconsciente, no a través del letargo de los trips lisérgicos californianos sino del drama suburbano de una generación que tuvo que liárselas en serio con el mundo real cerca cada vez más de debacles financieras y crisis energéticas. The Velvet Underground revelaba la pulsión del deseo furioso, reprimido por una civilización pulcra y ordenada refugiada en concreto y racionalidad económica, cobardemente transada en narcotráfico y sexo pagado. Así, a diferencia del hippismo The Velvet no evitó sino que reveló y encaró atronadoramente esa evidencia. Rock no sólo era amor también odio. No es raro que todos los punks los aclamaran como padres fundadores (junto a MC5 y The Stooges, producidos por Cale, aclaremos) No fueron bien recibidos en los años de paz y amor, el verano del amor no tenía espacio para estos tipos tan perturbadores de la ilusión del flower power.

Cale es expulsado por Reed como dijimos a comienzos de 1969 y éste se lleva, creo yo, los mejores ingredientes del sonido de The Velvet Underground. Pese a que Reed logra firmar gemas como Pale Blue Eyes o Beginning To See The Light, falta en los discos posteriores la crudeza y el vanguardismo que indudablemente eran parte del sello de Cale.

La iglesia de dos miembros

Pronto éste obtendrá un contrato discográfico y lanzará tres discos iniciales que provocarán el desconcierto de sus fans, actitud fomentada por un Cale siempre renuente a transar y convertir su arte en fanfarronadas de crowdpleaser (qué buen término gringo). Vintage Violence , notable metáfora, por lo demás, trae el country rock y bellas baladas en un Cale que se niega a reeditar el sonido de la Velvet, The Academy in Peril contiene composiciones de música docta de Cale, - sospecho que las tenía guardadas desde hace tiempo- y luego se une a Terry Riley (sí señor, el mismo) para grabar el histórico e ignorado Church of Anthrax. En el track del mismo nombre reaparece por primera vez el bajo reverberado que Cale usaba con la Velvet, pero al servicio de las escalas cíclicas y múltiples de Riley. El resultado es un disco que media entre el jazz modal de Ides of March, con Cale en la batería (!) y una particular híbrido entre romanticismo tardío y minimalismo, especialmente en la bella The Hall of Mirrors in the Palace at Versalles, las sutiles líneas cíclicas del saxo soprano de Riley alternan sabiamente con un piano liederístico que Cale ejecuta pasionalmente como pocos. The Soul of Patrick Lee es la discreta canción que cierra el álbum pero que anticipa la notable trilogía que Cale grabará para Island Records: Paris 1919, Fear y Slow Dazzle, donde tendremos la radiografía más profunda de este gran artista que los medios insisten flojamente en soslayar.

Continuará…

Bonus track estilo "joya", Sunday Morning, cortesía-de-Youtube:


Hipertextografia

El mejor fansite de John Cale
http://www.xs4all.nl/~werksman/cale/

Fansite de The Velvet Underground
http://www.velvetunderground.com/

In espagnole
http://www.ivys.es/babilonia/velvet.htm

Tuesday, January 30, 2007

Mis éxitos del verano



Acabo de regresar de una curativa estadía en la costa, me hacía falta creo para acabar de exorcizar un par de demonios que erraban por mis tierras. Escribe Jung que son los dioses y demonios los que quieren convertirse en hombres y no al revés y no es bueno que lo logren… Supongo que eso explica la existencia de santos y poseídos, de delincuentes y modelos parlanchinas de televisión…Ciertamente no es fácil salvaguardar la individuación de cada hombre, yo lucho a veces cruentamente por mantener la mía. Necesito mirar el mar al atardecer algunas horas, al menos una vez al año y creo que eso en verdad me ayuda en este a veces brutal proceso.

Como si el mar estuviera cerca, se siente una exaltación en la sangre, dice Borges bellamente, adhiero a ello y por ello busco el mar como lugar de retiro estival. El bautismo de sus aguas frías e intensas, la visio beatifica de los rayos de sol amonedándose en las ondulantes corrientes azules, la lontananza libre y su desoladora libertad te invitan a amar el mar para siempre y también respetarlo a quieta distancia. Sus olas amistosas pueden llevarse a cualquiera cuando lo deseen, para mí es la mejor metáfora del Pleroma que pueda existir. Basta la proximidad de su aire para que todo lo olvide y sonría…

Tengo ritos marítimos a los que soy fiel. Mis prácticas paganas, mitología individual que le llaman, incluyen pararse en la roca más alta frente al mar y audicionar la música apropiada en la hora justa del día. Así, mientras viajo por la carretera rodeada de cerros y bosques voy escuchando Lost and Found de Fred Frith y me siento como en Step Across The Border, (road movie más que recomendable, jefe), esa gentil melodía de violín con aires eurasiáticos se te pega en la mente por semanas; ya entrevisto el océano, aparece automáticamente en mi cabeza el juguetón solo de órgano Riviera de Robert Wyatt en A Last Straw, sí, la misma de Rock Bottom (jubilosa y caóticamente comentado en una entrega anterior, busque en los archivos, busque) y cuando el track termina con esa guitarra ondulante no quieres sino arrojarte a las olas de puro contento.

A todo esto añado varias canciones de Cocteau Twins una vez que logro sentarme entre las rocas a contemplar el océano, podría estar horas, extático. Pero como ya hable largamente de Rock Bottom y de por qué creo que los Cocteau son sublimes quiero comentar ahora tres discos océanicos imprescindibles que usted buen hombre debiera procurarse:

1) Budd-Raymonde-Guthrie-Fraser: The Moon and The Melodies Ok, estoy haciendo trampa, pero vamos, qué escritor no lo hace, véase al malandrín de Dan Brown como ejemplo, pero la verdad es que los Cocteau decidieron firmar esta colaboración con Harold Budd sólo con sus apellidos entiendo que para que sus fans no confundieran este trabajo con el corpus que ellos hacían como banda en aquel tiempo , lo que no se entiende muy bien porque este disco encaja perfectamente entre los epes de 1985 yla obra maestra Victorialand del ‘86. Harold Budd es un extraordinario pianista estadounidense de la escuela minimalista de Riley y Young. Grabó con Brian Eno y Daniel Lanois el delicado y también océanico The Pearl y también ha trabajado con Hector Zazou. Generalmente graba solo y sus mesmerizantes arpegios en piano eléctrico son toda una marca registrada, la que ha sido catalogada dentro de la corriente minimalista como beautiful music. Este trabajo quizás pueda crear expectativas exageradas y en ocasiones parece que una cara fuera enteramente Budd y otra Cocteau Twins, pero los resultados son eficaces. Temas como Sea swallow me, (por favor no den ideas) o She will destroy you (por favor, insisto) reexponen la tersura de su enfoque pop característico mientras que la alucinante Memory Gongs y Why do you love me traen la belleza de la improvisación de Budd acompañado de la guitarra de Guthrie, el pianista describe figuras repetitivas en constante modulación circular, acentuando la facultad evocadora de su sonido, en el segundo la guitarra de Guthrie modula notas pedal acompañada de las cadencias de Budd. Me fascina Memory Gongs y juro que veo formas hiperdimensionales en el mar cuando escucho este tema cerca del oleaje.

2) Camberwell Now: All’s well: Para mí, la sorpresa del mes, me costó obtenerlo bastante así que lo llevé a la playa para audicionarlo al sol y me cautivó casi de inmediato. Los seguidores de This Heat quizás les parezca que esta es una continuación de Deceit (el mejor disco post punk de la historia) o una “suavización” del sonido industrial de esta gran desconocida banda. En verdad Camberwell Now es el proyecto subsecuente de Charles Hayward, baterista, cantante y compositor que además ha tocado en el super grupo Quiet Sun, en Hat Shoes con Amy Denio y Tom Cora y en la encarnación más reciente de Massacre con Fred Frith y Bill Laswell. En la entrevista que dio a Andrew King en el imprescindible Plunderphonics, Pataphysics and Pop Mechanics Hayward califica a esta música de “fuertemente atada conceptualmente”. Las características esenciales de esta banda de –infortunadamente- corta vida son letras de fuerte contenido político, bases pop con fuerte presencia de la batería, loops, drones y cintas gatillados desde el increíble switchboard, especie de pre sampler que conectaba un teclado a diferentes reproductores de cintas a cargo del ingeniero Steven Richard y el bajo granuloso de Trefor Goronwy que aparece a veces paneado creando interesantes texturas que contribuyen al efecto de trance al cual Hayward es tan afecto. Este disco en especial compila los esfuerzos de la banda en dos epés y un solo largaduración. La primera parte, correspondiente al EP Meridians, evoca al imperialismo británico y su decadencia ( como en For those in peril on the sea), que parece haber sido grabada bajo las aguas por los ahogados, naves a vela y viajes donde se ignoran las culturas con las que se negociará(Cutty Sark), buscadores de perla que por nula recompensa entregan estas costosas joyas que adornarán collares de mujeres en el viejo mundo, como en la bella e inolvidable Pearl Divers que parece haber sido grabada en lo profundo de aguas índigo. Resplash nos traslada a la visión de navegaciones bajo arduos días de sol, mientras que la segunda parte, en la que destacan The Ghost Trade y sus darmáticas ralentizaciones y la resemblanza étnica de Wheat Figures nos inundan de drama y emoción en medio de la alienación y comodidad de la violenta urbe. Voces grabadas de la tele, cambios de ritmo, electricidad saturada y texturas suspendidas provocan crisis y crítica en la mente, que serán continuadas por Hayward en sus notables álbumes solistas Skew Whiff, Switch on War y el íntimo Survive the Gesture, en este último, creo a través de la inolvidable Australia. Trip con alto contenido. Excelente.

3) Gavin Bryars: The Sinking of The Titanic. Lo recomendaron bastante algunos amigos y críticos entusiastas. Dado el boom de la sobrevalorada películasobre el malogrado trasatlántico opté por sepultar, literalmente , la idea. Había leído acerca de Bryars y revisado algunas de sus partituras. Me pareció en un principio uno de esos provocadores chantas de Fluxus, pero al leer la entrevista que Derek Bailey le hizo en su clásico libro Improvisation descubrí a un músico
inteligente y articulado. Luego escuché The Sinking y su suave y descendente decurso me dejó extático. Aquí hay un maestro de los de verdad. El entramado conceptual que rige la obra, de partitura sorprendentemente abierta pretende registrar un hecho real: Durante el hundimiento del barco, el conjunto de músicos abordo opta por seguir tocando mientras se hunden. Ejecutan un himno presbiteriano, Autumn y no se detienen hasta su trágico final. Nadie piense aquí que esto es mera música programática o BSO imaginaria, no, la fantasía de Bryars lo lleva a concebir que los músicos siguen tocando mientras se siguen hundiendo en lo profundo del mar, para ello aunque la melodía se repite en las delicadas cuerdas en legato, una y otra vez en la hora y más de duración, las sonoridades orquestales se van enriqueciendo en densidad y profundidad; todo ello más la presencia de voces angelicales de niños entonando un amén que te pone los pelos de punta, pesados bronces llevando el bajo a subfrecuencias abisales, notas de blocs chinos reproduciendo el código morse de la llamada de auxilio del barco al momento del desastre, un lúdico clarinete bajo que parece un pez cimbreándose configuran la embriagadora atmósfera propia de toda obra maestra. Historia e imaginación iluminan un estado, una sensación, una voluntad, imposible no llenarse de lágrimas ante cada audición.

Y bien amigos, esos fueron nuestros éxitos del verano, ja. Entiendo que ni siquiera he transmitido un fragmento de mis emociones cada vez que oigo estas obras. Pero he dejado huellas al menos. Con el verdadero arte algo ocurre, no eres el mismo, aprendes de ti, y bajo el nítido oleaje, el sol amonedado, las aguas mesméricas, el Todo te sorprende, después de eso, que quiero que todo este 2007 sea posible. Dictum.


Hipertextografía:

Gavin Bryars
http://www.gavinbryars.com/Pages/titanic_point.html

Camberwell Now
http://www.furious.com/PERFECT/thisheat.html

The Moon and The Melodies
http://www.cocteautwins.com/html/history/history11.html