Friday, September 29, 2006

Otra botella al mar de bits




(Retrato par lui même)

Y bien, se supone que debía hacerlo hace muchos muchos eones... Devenido en operario del ciberespacio, galeote de la Mátrix, como dicen mis compañeros de trance -la acepción tediosa, no la de religare, se entiende- apenas si he tenido tiempo real para mí, o a las obsesiones que rondan en todas las áreas de mi espíritu. Ahora amenazan ser Legión, literalmente, debo sacarlas a pasear, como los Cantos de Ezra Pound, al borde de este vacío, la inmensidad del océano que es el ciberespacio, el grandioso triunfo de Platón sobre Aristóteles: la idealidad pura, desgranada de la codificación de un par de números (Beat you, Adonay!!)

La escritura es un espejo, revelarse en el íntimo espectáculo de luchar por Conocerse a sí Mismo: la escritura necesariamente es arte, el arte, un martillo no un espejo? No, más bien un martillo dentro del espejo, esperando romper esa cabeza de barro y sacar de adentro al Espíritu que quiere volver a casa.Ah, pero lamento defraudarte, oh lector de iniquidades ajenas. Que no de egos pasosos trata este florilegio de varia invención, sino de una de las obsesiones más caras de este "espíritu sin cara": Las vibraciones de Belleza, de Conocimiento, de Poder, que conforman lo que llamamos música.


Como Los Espacios Inquietos he titulado este blog: A propósito de Pound, as a translator, me jacto de trasladar a nostra langage el título de uno de los discos de Art Zoyd, en el cual supongo trasuntan su idea respecto a la música: espacio, ambiente que vibra, se traslada en el tiempo, perturbadoramente, definitivamenteDe música, músicas, y lo que conllevan y proyectan mis discos, autores e instrumentos preferidos quiero hablar en este mensaje en una botella de blog (sí, que mal juego de palabras), un escritor dijo que eso era publicar un libro, arrojar una botella al mar, yo, más posmoderno (y desfinanciado, ha visto cuanto vale editar en Chile, patroncit@?) opté por arrojarla para que sea juguete de las olas de la Red de Redes y Señora de Señores.

Nihil Obstat.

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