Tuesday, October 31, 2006

Me haces olvidar lo que siempre he sabido…




Todos, al menos varios de nosotros ha recorrido las calles una y otra vez, sin destino, en medio de la dulce lluvia cruel e indiferente o bajo un sol regular que se cuela como mortaja en las apáticas urbes posmodernas. En verdad, preferiría caminar de noche, si no fuera porque esta ciudad es dada vez menos amable y más penitenciaria y, por ahora, como no quiero morir asesinado en-un-sórdido-callejón , no me queda más que la evocación y un disco de Tindersticks girando en mi equipo.

I have shoes
Fool of holes
When you first took me in

Recuerdo estos versos del segundo disco, homónimo, de la banda y el primero que escuché, bajo la cadencia amable de un bajo noblemente comprimido a la antigua y un rimshot funky en mid tempo en la caja, el barítono sublime y medio adormilado de Stuart Staples abre A night in , encarnando al beautiful loser que todo lo ha perdido y vaga sin fin por una ciudad en la cual no hay lugar para el amor, como dice una de las primeras canciones de esta banda inglesa. Luego, una cadencia memorable de cuerdas, fruto de la sensible imaginación del violinista Dickon Hinchcliff, arrastra en un torbellino apasionado al autor de este blog de regreso a mis penosos días de estudiante, vagando por cafés y callejuelas de casas antiguas con un libro de Ernst Junger bajo el brazo y un gitanes fumado vertiginosamente, antes que una agonía pulmonar los alejara de mi vida para siempre, ese pobre tipo tan empecinadamente solitario, despreciado por sus pares, exiliado del amor de las mujeres, o sea el típico adolescente literato de un país subdesarrollado. (Soy chileno por accidente, no es mi culpa) Tan patente el fracaso, la desolación, a pesar de rendir magníficamente en la universidad. ¿Cómo y por qué llegue a sentirme así (Ahora es distinto, muy distinto)? Algún día si se da la oportunidad contaré ese episodio.

Pero bueno, a quien le importan los días de estupidez congénita de otro. Vuelvo a Tindersticks, hay que recorrer sus discos con calma, es recomendable el atardecer, soledad y unas oportunas copas de vino de bouquet espeso, como los de Neil Young Lou Reed o Leonard Cohen, todos padres espirituales de esta banda. Crooner consumado, Staples y la banda oscilan entre arrobadoras baladas que inundan con poderoso sonido como en Raindrops, Tiny Tears, Another Night in, (si, hay otra, como tan masoquistas) relatos de cruda intimidad, My sister y la autorreferente e irónica, como-su-título-lo-indica Ballad of Tindersticks, el pop desfasado de Fast One o Nectar, el retorno a suntuosos bailes de salón en Tonight Are you Fall In Love Again o Let's Pretend, pero también la ternura oceánica de Seaweed, la complicidad de Marbles ( a quien no le ha ocurrido eso, traduzco, mal de seguro: El amor, como si fuera una complicadas serie de pasos de baile imposibles de aprender), la conmovedora despedida de Trying to find a home , ( Trato de encontrar un hogar, donde tirar mis cosas, de donde huir) el insomnio ominoso de Sleepy song, o la ingenua(?) The Not Knowing y su notable arreglo de maderas… Uf, podría describir todos los temas y lo que me provocan, pero hoy decidí ser breve, supongo que es el clima. Sólo sé que quizás he vivido poco, pero he sentido mucho, y hay imágenes que viven en mi cabeza con el soundtrack de Tindersticks describiéndolos milímetro a milímetro con su metrónomo de dramática intensidad.


Sin embargo, no soy Dorothy y quiero irme de Kansas para siempre, pero, y parafraseando de nuevo a los Tindersticks, cómo olvidar que se está tan equivocado, cómo olvidar lo que siempre he sabido. Tindersticks ha grabado seis notables trabajos impregnados de atmósferas retro, mezclas sucias que privilegian graves, arreglos premeditadamente kitsch de cuerdas (a lo Esquivel), sorprendentes instantes de disonancia y síncopa y un crooner espectacular que canta de verdad, sin Autotunes. La fama les ha sido esquiva en su época, nunca un tema insistentemente pegando como esos bodrios de Keane o James Blunt, pero con una calidad e inteligencia musicales que asombra en cada tema. Creo que Tindersticks y su triste e irónica mirada traspasará la telaraña de los años cada vez que volvamos a las extrañas calles de ciudades tentaculares buscando. Buscándonos.

Tindersticks en Jools Holland (aka el tipo con el mejor late show del mundo)



Hipertextografía:

Sitio oficial
http://www.tindersticks.co.uk/discography.html

Fansite: hablan de la disolución de la banda, Warum, Mein Gott?
http://www.tinder.org/

Y en nuestra sección Youtube:
http://www.youtube.com/results?search_query=tindersticks

¿Quiere adquirir música en un CD original en la era del P2P?
Sea nostálgico:

http://www.amazon.com

2 comments:

Anonymous said...

bueno, pues como habría de ser supongo un tanto sincrónicamente estoy aquí para ser el primero en escribirte sobre Tindersticks, queda algo por decir? lo que resta creo que es delirio puro...

*es un gusto que hayas leído mi entrada sobre ellos, regresa cuando quieras, supongo que la afinidad es un incentivo, see u!

Luis Angel Martínez said...

esos tinderticks son muy buenos para acentuar con belleza los momentos grises.

saludos!